lunes, 4 de julio de 2011

Nuestra Fiesta del Chivo

                Pensándolo fríamente, las primarias en la Provincia de Santa Fe son trascendentes, pero adquirieron en los medios la importancia de una elección anticipada. Cuando uno se detiene a analizar el por qué de tanta cobertura de los medios nacionales, se destacan dos elementos que traspasan la frontera de una de las principales provincias agroexportadoras. Por un lado, la audaz jugada de Hermes Binner que sale a cruzar a un ignoto pero propio desconocido Bonfatti con el candidato del ala más ¿conservadora? del Partido Socialista, Rubén Giustiniani. El triunfo de uno u otro no solo impactó sobre la futura competencia por la gobernación de la Provincia, si cumplía con su palabra, de perder "su" candidato, Binner se autolimitaba en la posibilidad de intervenir en alguna fórmula nacional, complicando todavía más al autodenominado "progresismo" (palabra que, como sugirió el compañero @lernergabriel debería ser retirada del diccionario por mala praxis)
                   El otro elemento, el que nos  llena de alegría a quienes ya no nos importa ninguna otra denominación más que la de Kirchnerista, es el triunfo de Agustín Rossi en las internas del Frente para la Victoria. Fue nuestra fiesta del chivo, la que se merecía desde aquel 25 de marzo de 2008 cuando sonó el primer cacerolazo de la oligarquía dando inicio a la secuela de "piquetes de la abundancia"
                   Entre ese 25 de marzo y el fatídico 18 de julio que coronó a Cobos como el "no vice de Cristina", el Chivo se multiplicó por miles. Como jefe de la bancada, le tocó la dura tarea de sostener a la tropa, pero también de contener la bronca por la diáspora de los traidores de la primera hora. Rossi se podría haber escudado en su provincia, podría haber bajado el perfil, podría haber especulado con futuras candidaturas, con que los números no daban, podría haberse ido como lo hicieron los cobardes a los que hoy no les alcanzan las horas para arrepentirse. Pero no. Eligió bancar el proyecto que lo llevó como diputado. Eligió desde las convicciones. Eligió desde el programa de gobierno que lo llevó a la banca.
                    Me acuerdo de esos días y todavía siento la voz llena de bronca del amigo Hugo Burguez cuando nos contaba de los escraches, los insultos, los huevazos... Y un día le tocó defender la 125 en la cámara, y su discurso nos llenó de orgullo, un orgullo más grande que la indignación de todos los oligarcas juntos. Como se dice en mi barrio, el tipo le puso el pecho y bancó la parada
                    Por eso la fiesta de anoche, porque el triunfo del Agustín fue mucho más que un triunfo en una interna. Fue el triunfo de las ideas sobre la especulación, el triunfo de la lealtad sin obesecuencia, el triunfo de las convicciones (bendito Néstor que nos regalaste esa frase!)
                    Anoche sentí por primera vez, que la 125 nos daba revancha
                    Vamos Chivo! Vamos Cristina!